jueves, 6 de diciembre de 2012

corona de adviento


Primera liturgia semanal con la corona de Adviento

INDICACIONES
La corona sin ninguna vela encendida. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies, del que se enciende la primera vela.

PRESIDENTE: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.                 TODOS: Amén.

MONITOR: Comenzamos un nuevo año litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo de preparación y espera. Encender, semana tras semana, los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo de nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que ha venido a disipar las tinieblas. El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza que Él nos ha venido a traer.

LECTOR: Lectura tomada del libro del profeta Isaías: "Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira como la oscuridad cubre la tierra, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece".

MONITOR: Nos recogemos unos instantes en silencio, e inclinando nuestras cabezas, vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento.

Oremos.
La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor Jesús, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo coloca esta corona. Ahora, pues, que empezamos el tiempo de preparación para la Navidad, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta el esplendor de esta corona con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de Aquel que, por ser la Luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.                                                                                                Te lo pedimos por Él mismo que vive y reina por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.

MONITOR: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra corona.


Segunda liturgia semanal con la corona de Adviento

PRESIDENTE: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.              TODOS: Amén.
MONITOR: Vamos a encender la segunda vela de nuestra corona. El Señor está cada vez más cerca y debemos prepararnos para recibirlo.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas: "En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; lo tortuoso será recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios".

MONITOR: Debemos estar preparados interiormente para la venida del Señor Jesús, para que lo recibamos con un corazón reconciliado, cada vez más convertido y transformado, capaz de amar y entregarse a los demás. Hagamos un compromiso concreto para esta semana que nos ayude a disponernos cada vez mejor para su venida. (Se deja un momento de silencio)                               M: Elevemos nuestras peticiones a Dios diciendo: VEN SEÑOR JESÚS.

LECTOR:
Te pedimos, Padre, por la Iglesia Católica, para que siempre tengamos fijos los ojos en Aquél que nos trae la reconciliación.                                                                     VEN SEÑOR JESÚS                                                                                                       Te rogamos por la paz en el mundo, para que en este tiempo de Adviento se viva con mayor intensidad el amor y la solidaridad.                                        VEN SEÑOR JESÚS                                                                                                     Te pedimos, Padre, por cada uno de nosotros, para que nos esforcemos por caminar al encuentro del Señor Jesús, que es la "Luz del Mundo".                               VEN SEÑOR JESÚS                                                                                                    Te rogamos por nuestras familias, para que a ejemplo de la familia de Nazaret vivamos el amor mutuo preparándonos para la venida de tu Hijo. VEN SEÑOR JESÚS                                                                                                           Que nuestra Madre Inmaculada nos obtenga abundantes gracias que nos ayuden a prepararnos, como Ella lo hizo, para recibir al Señor Jesús.
Te pedimos que María aliente nuestros pasos en este Adviento y nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la venida del Reconciliador.                                                                                                     VEN SEÑOR JESÚS


Tercera liturgia semanal con la corona de Adviento

PRESIDENTE: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.                 TODOS: Amén.
MONITOR: Estamos ya en la tercera semana de Adviento: aumenta nuestra alegría y nuestro júbilo por la venida del Señor Jesús, que está cada vez más cerca de nosotros. Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona de Adviento. Abramos nuestro corazón, que a veces está en tinieblas, a la luz admirable de su amor.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas: "La gente le preguntaba: "Pues ¿qué debemos hacer?" Y él les respondía: "El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo". Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: "Maestro, ¿qué debemos hacer?" Él les dijo: "No exijáis más de lo fijado". Preguntaron  unos soldados: "Y nosotros ¿qué debemos hacer?" Él les dijo: "No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada". Como el pueblo estaba a la espera, todos pensaban si Juan no sería el Cristo; respondió Juan a todos: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga". Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva".

MONITOR: Acudamos ahora a Santa María, que colaborando con el Plan del Padre permitió que la luz del Señor ilumine a la humanidad, y pidámosle que siga intercediendo por nosotros en este tiempo de preparación. Recemos juntos la oración.
Brillante Luna de la Nueva Evangelización, que con tu fulgor iluminas la noche por la que tantos deambulan sin rumbo, alumbra todo humano caminar con la luz del Señor Jesús  que sin igual sabes reflejar. Que así sea. Amén.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.






Cuarta liturgia semanal con la corona de Adviento

PRESIDENTE: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.               TODOS: Amén.

MONITOR: Alegrémonos porque el Señor está cerca de nosotros y viene a traernos la reconciliación. Encenderemos la cuarta y última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la proximidad de la venida del Señor Jesús, que viene a traernos alegría y esperanza.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas: "En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; y ¿de dónde que la madre de mi Señor venga a mí? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" Y María dijo : "Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque ha puesto los ojos en la humildad de su sierva, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada."

MONITOR: La presencia del Señor Jesús entre nosotros nos llena de gozo y alegría. Es la Madre quien nos lo hace cercano, quien permite que esa Luz llegue a nosotros e ilumine nuestra vida. En compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra corona de Adviento.
(Una persona enciende la cuarta vela mientras se entona el canto)
Invoquemos a María, Madre de los creyentes, por nuestras necesidades, diciendo: POR INTERCESIÓN DE TU MADRE, ESCÚCHANOS SEÑOR.

MONITOR: Oremos.
Padre misericordioso, que quisiste que tu Hijo se encarnara en el seno de Santa María Virgen, escucha nuestra súplicas y concédenos tu gracia para que sepamos acoger al Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


lunes, 23 de abril de 2012

información para nuestros jóvenes

Los días 5 y 6 de mayo es la jornada diocesana de la juventud. os ponemos el enlace a la página de la Delegación diocesana de juventud para los que tengáis interés en asistir

http://www.pjastorga.es/

lunes, 16 de abril de 2012

Robledo da Lastra en fiestas a santo Toribio

                       Santo Toribio de Astorga

    Toribio nació en Galicia (según la tradición en Betanzos) en los primeros años del siglo V (aproximadamente en el año 402). 
    Su afán de combatir las herejías de la época y expandir la palabra      de Dios, le convirtió en un viajero incansable. 
El Emperador Constantino, que murió en el año 337, se había convertido al cristianismo pocos años antes y eso permitió que fuera la religión oficial del Imperio. Esa circunstancia propició que la madre del Emperador, Santa Elena, fuera en peregrinación a Jerusalén. Su viaje abrió nuevos horizontes en Occidente, de tal manera que muchos otros personajes quisieron emular a la madre del Emperador con el fin de sentir de cerca los lugares donde Jesús había muerto, sepultado y resucitado.
    Así Toribio, un hombre ilustrado y virtuoso quien se embarcó en Betanzos y después de sortear las embravecidas aguas del Atlántico cruza el Mediterráneo y llega al puerto de Haifa para dirigirse luego a Jerusalén y los Santos Lugares.
    Por sus grandes cualidades el Patriarca de Jerusalén, Juvenal, le encarga ocuparse de administrar la Iglesia del Santo Sepulcro, donde sirvió varios años siendo muy apreciado por su fervor y sabiduría.
    Ello le valió que al regresar le donaran un gran trozo del Sagrado Leño encontrado por santa Elena y que se guardaba en dicha Iglesia. De regreso a su tierra,  pasó por Roma y visitó al Papa León I. Su barco llegó a Avilés. De allí caminó hacia el Monsacro de Morcín y Santa Eulalia donde fundó una iglesia (hoy Santa Eulalia de Morcín).
    Regresa a su tierra natal e interviene en un Sínodo que el Papa          León I (San León Magno) mandó celebrar en las diócesis galaicas, concretamente en Braga en el año 443 y que Toribio presidió con los demás Obispos como Legado Papal.
    Cinco años después, en el 448 fue nombrado Obispo de la Sede de Asturica Augusta (Astorga) donde mantuvo su prestigio de erudición y santidad durante los seis años que permaneció como Obispo.
    Después de Astorga ocupó el Obispado de Tuy.
En el año 465 el Rey visigodo Teodorico envió un ejército hacia el noroeste hispano arrasando poblaciones importantes, destrozando, profanando y robando comunidades e iglesias obligando a multitud de cristianos a exiliarse a lugares más seguros para preservar su fe y su propia vida. Este hecho es el que obligó a Santo Toribio a tratar de refugiarse en su antigua diócesis de Astorga, pero no fue bien recibido, y de ahí viene la tradición “sacudirse el polvo de sus sandalias” al abandonar Astorga. Este episodio se recuerda en el denominado Crucero de Santo Toribio que hay a escasos kilómetros de Astorga, concretamente en el alto de Santo Justo de la Vega. (Pueblo que tiene como fiesta principal a Santo Toribio)
Finalmente después de haber cumplido santo Toribio las obligaciones de un buen pastor, descansó en paz. En el siglo VIII, por causa de la invasión de los moros fueron trasladadas sus reliquias, y las que trajo de Jesucristo, al monasterio de san Martín de Liébana que se llamó después san Toribio de Liébana.
    De aquí se dirigió de nuevo a la zona asturiana que conocía, concretamente a Morcín, Riosa, Monsacro y La Granda. Allí permaneció con su comunidad hasta que ya sin riesgos de persecución pero con muchas penalidades consigue regresar a su antigua diócesis, donde murió en el año 476.
    La tradición, tal como ya comentamos antes, nos dice que sus restos fueron llevados en el siglo X al Monasterio de Liébana junto con la mayor reliquia de la Cruz de Cristo ya que, en efecto, es este Monasterio quien tiene el privilegio de mostrar el trozo de la Vera Cruz más grande del mundo, incluidos los existentes en Jerusalén, Roma o París, pues tiene 63,5 cm de leño vertical, 39,3 de trasversal y un ancho entre 3,9 y 9,5 cm. (Algunas astillas de ese Lignum Crucis fueron sacadas para otros relicarios).

martes, 20 de marzo de 2012

SEMANA SANTA

 El martes santo, tendremos la celebración comunitaria del Sacramento de la Penitencia, para entrar limpios a la Pascua, el Paso del Señor. El guión de la celebración es como sigue:


     Celebración penitencial   
   comunitaria de Cuaresma
Canto de entrada:                                                                                                                       
Saludo del sacerdote: En el nombre del Padre...                                                                      

Monitor: Hemos cantado que nuestra vida es un largo caminar por el desierto bajo el sol, y en este caminar muchas veces sentimos sed, sed de perdón y de reconciliación. Esta celebración es como un oasis, en ella nos encontramos con el agua viva del perdón de Dios y de los hermanos. Bebamos todos de ella, dejémonos lavar por dentro, dejemos que la luz de Cristo nos ilumine.

Sacerdote: Padre, muchas veces hemos experimentado la dureza de la vida, muchas veces hemos sido nosotros los que hemos hecho la vida dura a los demás; hoy, ante Tí, ponemos todo lo que somos, nuestros deseos e ilusiones, nuestros éxitos y fracasos, nuestros pecados y nuestras virtudes, todo Señor, para que Tú lo purifiques y lo bendigas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios: (5, 9-14) 

Hermanos: Portaos como gente hecha a la luz, donde florece toda bondad, honradez y sinceridad, examinando a ver lo que agrada al Señor. En vez de asociaros a las acciones improductivas de las tinieblas, denunciadlas, porque lo que ésos hacen a escondidas da vergüenza decirlo. Pero todo eso, cuando la luz lo denuncia, queda al descubierto, y todo lo que está al descubierto recibe el influjo de la luz.                           
                                                                -   Palabra de Dios –

Canto:
El Señor es mi luz y mi salvación, el Señor es la defensa de mi vida,     
si el Señor es mi luz, ¿a quién temeré, quién me hará temblar?

Una cosa pido al Señor, habitar por siempre en su casa,
gozar de la dulzura del Señor, contemplando tu monte santo.


Lectura del Santo Evangelio según San Mateo: (5,13-16)

 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra. Y si la sal se pone sosa, ¿con qué se salará? Ya no sirve más que para tirarla a la calle y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en lo alto de un monte; ni se enciende un candil para meterlo debajo del celemín, sino para ponerlo en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre también vuestra luz a los hombres; que vean el bien que hacéis y glorifiquen a vuestro Padre del cielo.”                                 

                                          -   Palabra del Señor   -


Homilía y examen de conciencia:
 
El Señor nos llama a ser sal de la tierra y luz para el mundo. Sal que da sabor,  realza y conserva los alimentos. Luz para dar confianza en medio del temor, para guiar y romper la oscuridad. Por eso hoy vamos a examinar nuestra conciencia, nuestras actitudes a la luz de esta invitación que nos hace el Señor.
+   Como la sal,  los cristianos estamos llamados en medio del mundo a dar sabor a la convivencia, realzar los valores verdaderamente humanos de nuestras relaciones, sabiendo poner nuestra presencia allí donde nadie quiere ir, llevando alegría donde hay tristeza, dando compañía donde hay soledad, cediendo de nuestros intereses en favor de los demás. Por eso nos preguntamos:
· ¿Me tomo en serio mi vida de cristiano?                                                   
 · ¿Soy capaz de ser agente de paz en mis relaciones?                                                              
 · ¿Busco el bien de los demás o más bien busco solo mi comodidad?                                      
· ¿Soy capaz de ceder de mis intereses por favorecer a los otros?                    · ¿Me preocupo por alegrar la vida a los otros o ando quejándome y exigiendo?                                                                                  
· ¿Ando obsesionado con mi imagen, o soy capaz de aceptarme como soy?                           
 . ¿acepto también a los demás como son? 
+   Como la luz,  los cristianos estamos llamados en medio del mundo a guiar a otros a salir de la oscuridad de sus vidas. Luz para iluminar con la verdad de Dios las mentiras de una sociedad que levanta ídolos. Luz para dar alegría y esperanza en medio del temor y la tristeza. Por eso nos preguntamos:
· ¿Manifiesto con mi vida que soy cristiano? 
. ¿Hago oración a menudo y participo asiduamente en los sacramentos?                                        
. ¿Coopero con las necesidades de la Iglesia?                                        
 · ¿Soy capaz de hablar de Dios y Jesucristo a los demás?                       
. ¿Mis críticas a la Iglesia van acompañadas de cariño y respeto por lo que es?             
 · ¿Me preocupo por aumentar mi formación cristiana? 
¿Leo la Biblia?                   
· ¿Mi caridad es constante y sincera, y movida por la compasión? 


Canto: Sí, me levantaré, Volveré junto a mi Padre
1. A tí, Señor, elevo mi alma. Tú eres mi Dios y mi Salvador
2. Mira mi angustia, mira mi pena, dame la gracia de tu perdón.
3. Mi corazón busca tu rostro; oye mi voz, Señor, ten piedad.
4. A tí, Señor, te invoco y te llamo: Tú eres mi Roca, oye mi voz.
5. No pongas fin a tu ternura, haz que me guarde siempre tu amor.
6. Sana mi alma y mi corazón, porque pequé, Señor, contra tí. 


Sacerdote: Recordando la bondad de Dios, nuestro Padre, confesemos nuestros pecados, para alcanzar su misericordia y perdón. 

Todos: Yo confieso…

Todos: Perdón, Señor, Perdón

· Perdón Señor, porque muchas veces hemos olvidado lo que somos: tus hijos.
. Perdón también por olvidar que los demás son nuestros hermanos.  
· Perdón Señor, por nuestra mediocridad, por nuestra falta de testimonio, por nuestra falta de caridad con todos los hombres, nuestros hermanos.


Absolución general


Confesión individual


Prosigue la Eucaristía


SALMO DEL CORAZÓN GENEROSO   
Yo te canto, Señor, desde mi vida nueva y llena de luz;
te canto con el corazón gozoso, porque has hecho maravillas en mi vida, porque de nuevo me has traído a tu lado.                                                                
 Has sido bueno conmigo, Señor: Me has dado a conocer tu salvación,  me has librado de mi pecado: ¡gracias por la ternura de tu amor!
Mi corazón ha sentido tu perdón y tu misericordia;
 y tu Palabra de Vida tiene morada en mi casa abierta.
Para ti mi canto, Señor, para ti mis sentimientos profundos.
Para ti mi capacidad de amar y de ser amado: quiero ser tu amigo.
Para ti mis proyectos, mis ilusiones y mis utopías: te pertenezco.
Para ti, Señor, esta vida que crece a tu lado y se fortalece.                                     
Mi corazón, Señor, salta de alegría al saber que vienes a mi encuentro; mi corazón espera que tu presencia sea paz y bien para los hombres.                                                                                                        
 Mi corazón confía en tu justicia y en tu misericordia; mi corazón, Señor, te espera y quiere ser por ti juzgado.
Gracias; Señor, por meter mi corazón en tu inmenso corazón de Padre.


Oración final
Gracias Señor, Gracias por darnos una nueva oportunidad Gracias por este perdón que nos renueva. Gracias por ser nuestro Padre. Ayúdanos a dar nuevas oportunidades a los demás, ayúdanos a perdonar a los que nos ofendan, ayúdanos a tratar siempre a los demás como hermanos. Te lo pedimos con alegría y humildad Padre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Bendición: El Señor esté con vosotros... Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.....



 VIERNES SANTO

 Reproducimos el relato de la pasión que escenificamos 
el Viernes Santo

 REPRODUCIMOS EL RELATO DE LA PASIÓN QUE ESCENIFICAMOS EL VIERNES SANTO: ya sabéis que ese día no hay celebración de la Eucaristía, pues nuestro Señor está muerto. En su lugar se celebran los santos oficios, que son tres ritos: el primero la liturgia de la Palabra con la lectura de la pasión( es en este momento en que en nuestra parroquia, en vez de leerla, la escenificamos para que ayude a vivirla más intensamente); el segundo, la adoración de la Cruz de Cristo, signo de victoria y redención; y el tercero la sagrada comunión con la reserva de la Misa de jueves santo.


ESTACIÓN HUERTO (Mc 14, 32-41)  
(Jesús aparece caminando con Pedro, Santiago y Juan)

JESÚS: Siento en mi alma una tristeza mortal, quedaos aquí y permaneced despiertos
                                                                
JESÚS: (Se adelanta, y cae sobre la tierra): Padre, si es posible, aleja de mí esta copa. Sin embargo, que se cumpla no lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

(Jesús regresa  donde sus discípulos  y los encuentra dormidos)

JESÚS: Simón, ¿duermes?, no pudiste estar despierto ni una hora. Estad despiertos y orad, para no caer en tentación; el Espíritu es animoso, pero la carne es débil.

JESÚS: (ora) Padre, si esta copa no puede pasar de mí sin que yo la beba, que se haga tu voluntad.

JESÚS: (Regresa a sus discípulos) ahora si podéis descansar. Llegó la hora: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores  ¡Levantaos! ¡Vamos! Ya está aquí el que me entrega.

JESÚS: (dirigiéndose a Judas) Amigo, haz lo que vienes a hacer.

JUDAS: salve, Maestro, (lo besa).

JESÚS: ¿Judas, con un beso entregas al Hijo del hombre?

Los soldados se llevan a Jesús.  Los discípulos lo abandonan y huyen.

GUARDIA 1: Caifás, aquí te traemos a Jesús, el nazareno.

GUARDIA 2: tu suegro Anás dijo que te lo enviásemos a ti.

CAIFAS: los guardias te han traído a mí por traidor a tu pueblo. ¿qué tienes que decir en tu defensa?

JESÚS: yo he hablado abiertamente al mundo: he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿por qué me interrogas a mi? Pregunta a los que me han oído, de qué les he hablado.

GUARDIA 2:  ¿así contestas al sumo sacerdote?

JESÚS: si he faltado al hablar, muestra en qué; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?

CAIFÁS: ¿No tienes nada que responder?

SANEDRÍN 1: traed a los dos testigos, que dejen al descubierto a este impostor.

CAIFÁS: decid, qué pruebas presentáis contra este hombre.

TESTIGO 1: yo le oí decir que destruiría el templo...

TESTIGO 2: sí, y que en tres días reconstruiría otro no hecho por manos de hombres. … Se cree que está por encima de la ley.

CAIFAS: yo te conjuro a que nos digas si tú, tú eres el Cristo, el Hijo de Dios bendito.

JESÚS: Tú lo has dicho: yo soy. Y un día veréis que el Hijo del Hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso.

SANEDRÍN 2: además de Mesías, se dice Hijo de Dios...

SANEDRIN 3: es culpable; ha blasfemado, ¿qué necesidad tenemos de testigos?

CAIFAS: Acabáis de oír la blasfemia. ¿qué decidís?

SANEDRÍN 2: Me parece que está claro. Hay que condenarlo … a muerte.

SANEDRÍN 4: eso, eso, que muera.

NICODEMO: todo esto es una farsa para condenar a un inocente.

JOSE DE ARIMATEA: se está cometiendo un grave error. Nadie ha aportado pruebas de los delitos que le imputáis. ... Yo me niego a votar tal injusticia.


En un lugar algo aparte

CRIADA 1: ¿no eres tú también de los discípulos de ese hombre?

PEDRO: mujer, no lo soy.

CRIADA 2: seguro, éste estaba con Jesús el Nazareno, le delata su acento galileo.

PEDRO: no sé de qué me hablas.

CRIADA 3: ¿no te vi yo en el huerto con Él cuando le prendieron?

PEDRO: creedme, yo no conozco a ese hombre.


Prosigue la escena del sanedrín


SANEDRÍN 2: si tú eres el Cristo, dilo, para que todos te oigamos.

JESÚS: desde ahora el Hijo del Hombre vendrá sobre las nubes del cielo.

SANEDRÍN 3: ¿entonces … eres tú el Hijo de Dios?

JESÚS: vosotros lo decís: Yo soy.

SANEDRÍN 2: ¿para qué escuchar a otros? Nosotros lo hemos oído de su misma boca.

SANEDRÍN 3: pero necesitamos la autorización del gobernador romano para ejecutar la sentencia.

SANEDRÍN 4: pues llevémoslo ante  Poncio Pilato.

SANEDRÍN 1: a prisa, prendedle unas cadenas, que ya amanece.


Se encaminan todos hacia el pretorio

SOLDADO 1: ¿qué deseáis?

ESCRIBA 1: queremos ver al procurador Poncio Pilato.

SOLDADO 2: ¿acaso tenéis motivos importantes como para molestarle?

ESCRIBA 2: dile que es un asunto urgente.


El soldado entra en la estancia y sale Pilato


CAIFAS: Pilato, aquí te traemos un traidor a Roma y a nuestro pueblo.

PILATO: ¿qué acusación presentáis contra este hombre?

CAIFAS: si no fuera un malhechor no te lo entregaríamos.

PILATO: lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley.

ESCRIBA 1: nosotros no estamos autorizados para dar muerte a nadie.

ESCRIBA 2: perturba a nuestra nación y prohíbe pagar impuestos al César.

ESCRIBA 3: y se llama a sí mismo el Mesías rey.


PILATO (manda meter a Jesús en el pretorio): ¿eres tú el rey de los judíos?

JESÚS:¿dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mÍ?

PILATO: tu gente y el Sanedrín te han traído a mí. ¿qué has hecho?

JESÚS: mi Reino no es de este mundo.

PILATO: ¿tú eres rey?

JESÚS: soy rey. Para esto he venido al mundo, para ser testigo de la verdad...Todo el que es de la verdad escucha mi voz.

PILATO: ¿y ... ... ... qué es la verdad? ... ... ... 


PILATO: (sale afuera y dice)  no encuentro ninguna culpa en este hombre.

ESCRIBA 3: revuelve al pueblo enseñando por toda Judea desde Galilea hasta aquí

PILATO: ¿entonces viene de Galilea?
ESCRIBA 1: dicen que nació en Belén de Judá, pero es un nazareno.

PILATO: pues si es galileo, llevádselo a Herodes, que anda estos días por Jerusalén.

Se encaminan hacia Herodes

  
ESCRIBA 1: Herodes, aquí te traemos a Jesús el nazareno; Pilato ha dicho que tú le juzgases.

HERODES: hombre, el famoso galileo... ya tenía yo ganas de conocerte en persona... dicen que haces milagros...( se burla) que conviertes el agua en vino. Ja  ja ja... ¿podrías enseñarme?

HERODES: (después de un silencio): Contesta, ¿qué sabes hacer de extraordinario?

ESCRIBA 1: dicen de él que es un embaucador.

ESCRIBA 2: que cura a los paralíticos y resucita a los muertos...

ESCRIBA 3: y que hace callar a la mar.

HERODES: con estas pintas; si ni siquiera sabe cuidar de sí mismo. ...  … … tú crees que este estúpido será capaz de pronunciar algo sabio...

CORTE: si al menos nos hiciese reír un rato.

HERODES: (pausa):  soldados,  devolvédselo a Pilato y que él se las entienda.

Regresan con Jesús ante Pilato.

PILATO: convocad a los sacerdotes, a los magistrados y al pueblo.

SOLDADO 4: están todos ahí fuera, esperando que salgas.

PILATO: me habéis traído a este hombre como perturbador y yo lo he interrogado y no encuentro culpa en él. Y Herodes tampoco, pues me lo ha devuelto.........Le castigaré y lo pondré en libertad.

María, la madre, Magdalena, Marta y María, intentan colarse.

MAGDALENA: ven, María. Intentaremos acercarnos a tu hijo.

MARÍA CLEOFÁS: si nos colocamos allí adelante, tal vez pueda vernos él.

MUJER 1: si, si, así le podremos animar.                                                                        

MUJER 2: venid; pasemos por entre la multitud.

JUDÍOS: (Murmuran)

PILATO: dadle unos azotes que sirvan de escarmiento, a ver si así se calma la gente

Soldados: Burlándose y azotándolo)  “salve, rey de los judíos.

PILATO  (sacando fuera a Jesús): “aquí tenéis a vuestro rey.

Judíos: ¡fuera, fuera, crucifícalo¡

PILATO: ¿a vuestro rey voy a crucificar?

Judíos: no tenemos más rey que al césar


PILATO: ... llevadlo hacia el gólgota ... y que ellos se las entiendan.


Comienzan la subida hacia el gólgota...  Jesús cae.

SOLDADO 1: (llamando a  Simón de Cirene) eh, tú, si tú, acércate,

SOLDADO 2: ¿cuál es tu nombre?

SIMON CIRENEO: me llamo Simón de Cirene

SOLDADO 3: bien, pues ayúdale a llevar la cruz                                                  

SIMOS CIRENEO: pero si yo no conozco a este hombre.

SOLDADO 4: da igual, la cruz es muy pesada y ha perdido mucha sangre. Él solo no podrá.

SIMON CIRENEO: quedará para la historia el apoyo que di a un inocente.

Jesús cae ... Se acerca la Verónica y le limpia el rostro.

VERÓNICA: tu rostro no se borrará de mi memoria ni de cuantos en ti crean como Mesías.

Jesús cae. Las mujeres lloran afligidas. Jesús les dice:

JESÚS: hijas de Jerusalén, no lloréis por mi; llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque si así tratan al inocente, ¿qué harán con el pecador?

Jesús cae. Su madre se acerca entre gritos a consolarle.

SOLDADO 2: Mujer, apártate, que no tenemos todo el día.

MAGDALENA: es que nadie va a hacer algo para impedir tanta injusticia.

MARÍA CLEOFAS: por Dios, María, ven con nosotras, que esto te va a destrozar el corazón.

JUAN: venid por aquí, tal vez haya un atajo que lleve a la cima del calvario.

En el Gólgota

PERSONA 1: mira al que destruye el templo y en tres días lo reconstruye

PERSONA 2: sálvate a ti mismo si eres el Mesías.

SOLDADO 3: ayúdame a clavarle los brazos a la cruz.

PERSONA 3: baja de la cruz si eres de verdad el hijo de Dios.

PERSONA 4: eso,  y así creeremos que decías la verdad.

LADRÓN 1: ¿no eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros

LADRÓN 2: ni siquiera temes tú a Dios estando el suplicio. Y lo nuestro es justo; en cambio éste no ha faltado en nada... Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino.

JESÚS: te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso.

SOLDADO 3: María intenta acercarse. Un soldado la empuja: eh tú, apártate.

NICODEMO: muestra un poco de compasión, que es su madre.


JESÚS: (mirando a su madre) : mujer, ahí tienes a tu hijo.

JESÚS: (mirando a Juan) : ahí tienes a tu madre.


JESÚS: Dios mío, Dios mío. ¿por qué me has abandonado?

JUAN: Padre nuestro que estás en el cielo, hágase tu voluntad.


(Un soldado empapa una esponja y le da a beber)  
y Jesús, dando un fuerte grito:

JESÚS: ¡¡¡ Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu¡¡¡










El Viernes Santo, por la noche, acompañamos anuestra Madre, la Virgen, en su camino de dolor, que recorrió al pie de su Hijo en la subida al calvario. la muerte de cruz y el silencio de la noche. Es la procesión de la Dolorosa, con diez momentos, diez altares, diez versos, diez oraciones.



MARCHA DEL SILENCIO

Monición: Nos hemos reunido para manifestar nuestra fe en Cristo Jesús y confesar su gran amor, que es más fuerte que el pecado y que la muerte. Y también para apoyar la causa por la cual murió nuestro Salvador, el plan de salvación de Dios, sabiendo que la vida triunfa donde hay justicia, verdad,  amor, y paz. Jesús sigue sufriendo en millones de hermanos nuestros hambrientos, marginados, despreciados, enfermos, perseguidos, golpeados, condenados injustamente; nuestra adhesión a Cristo debe convertirse en servicio a ellos. Y María, la Dolorosa, nos acompaña en esta travesía.

Guía: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo….
Acompañamos hoy a nuestra Madre María, la Virgen Dolorosa, en su camino de recuerdos, rezando por tantos hermanos que pasan por situaciones penosas, para que unan su dolor a la Pascua de Jesús. Pidamos a Dios el don del silencio:

+  Danos silencio, Señor, para que resuene tu palabra en el fondo de nuestro ser, a fin de que haga eco tu voz en nuestro corazón y se traduzca en nuestras obras.

+ Danos silencio, Señor, para percibir que padeces y mueres no sólo en el Calvario y en la Cruz, sino también en el hermano que sufre y por nuestra falta de amor.

+ Danos Señor, silencio, porque las palabras sobran cuando el amor es vivo; y cuando oramos con ÉL,  que se entregó por salvarnos y acercarnos a ti, Padre.

En cada estación:
      Versos
Ave María…

P: Madre Dolorosa, haz que en nuestras cruces …
R. tengamos el consuelo del Señor.

Acción de gracias al acabar la marcha: Madre, hemos recorrido contigo este camino de recuerdos. Ruega por nosotros, para que tengamos los mismos sentimientos de tu Hijo Jesús, y así nos animemos a vivir una vida nueva, personal y comunitaria, conquistada con la sangre de tu Hijo Jesús, nuestro hermano y Salvador, que vive y reina por los siglos de siglos. Amén.

LOS PASOS DEL CAMINO


Estación 1- María recuerda la condena a muerte de Jesús.

Ante el hórrido Madero
Del Calvario lastimero,
Junto al Hijo de tu amor,
¡Pobre Madre entristecida!
Traspasó tu alma abatida
Una espada de dolor.

E. 2- María recuerda a su Hijo al cargar la Cruz.

¡Cuán penoso, cuán doliente
Ver en tosca Cruz pendiente
Al Amado de tu ser!
Viendo a Cristo en el tormento,
Tú sentías el sufrimiento
De su amargo padecer.

E. 3- María recuerda el encuentro con su Hijo en la vía dolorosa.

¿Quién hay que no lloraría
Contemplando la agonía
De María ante la Pasión?
¿Habrá un corazón humano
Que no compartiese hermano
Tan profunda transfixión?

E. 4- María recuerda la ayuda del Cireneo

Golpeado, escarnecido,
Vio a su Cristo tan querido
Sufrir tortura tan cruel,
Por el peso del pecado
De su pueblo desalmado
Rindió su espíritu El.

E. 5- María recuerda a su Hijo consolando a las mujeres piadosas
                                                                                                                                                                                                           
Dulce Madre, amante fuente,
Haz mi espíritu ferviente
Y haz mi corazón igual
Al tuyo tan fervoroso
Que al buen Jesús piadoso
Rinda su amor fraternal.
E. 6- María recuerda la última caída de Jesús

Oh Madre Santa, en mi vida
Haz renacer cada herida
De mi amado Salvador,
Contigo sentir su pena,
Sufrir su mortal condena
Y su morir redentor.

E. 7- María recuerda que su Hijo fue despojado de sus vestiduras

A tu llanto unir el mío,
Llorar por mi Rey tan pío
Cada día de mi existir:
Contigo honrar su Calvario,
Hacer mi alma su santuario,
Madre, te quiero pedir.

E. 8- María recuerda la crucifixión

Virgen Bienaventurada,
De todas predestinada,
Partícipe en tu pesar
Quiero ser mi vida entera,
De Jesús la muerte austera
Quiero en mi pecho llevar.

E. 9- María recuerda la Muerte de Jesús.

Sus llagas en mi imprimidas,
Con Sangre de sus heridas
Satura mi corazón
Y líbrame del suplicio,
Oh Madre en el día del juicio
No halle yo condenación.

Estación 10- Recuerdos de la vida de su Hijo.

Jesús, que al llegar mi hora,
Sea María mi defensora,
Tu Cruz mi palma triunfal,
Y mientras mi cuerpo acabe
Mi alma tu bondad alabe
En tu reino celestial.

Canto a la Virgen:    
Madre de los creyentes, que siempre fuiste fiel,  …




VIGILIA PASCUAL

I.                   RITO DE LA LUZ

· Presidente

Hermanos: en esta noche feliz vamos a celebrar el paso de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida, de la servidumbre impuesta al servicio voluntario, del sin sentido al amor, de la caducidad a la eterna plenitud. Esforcémonos por captar el contenido de cada momento de esta celebración.

· Bendición del fuego

Oh Dios, que por medio de tu Hijo nos has dado el fuego de tu luz:
santifica    +    este fuego    y enciende en nosotros una fe tan viva que seamos luz entre nuestros hermanos. Por Jesucristo, Nuestro Señor.

· Se enciende el Cirio Pascual , y de él las velas.

· Procesión (se canta Luz de Cristo)

· Pregón Pascual



II.                 LITURGIA DE LA PALABRA

· Monición a las lecturas
Hermanos: Con el pregón solemne de la Pascua, hemos entrado ya en la noche santa de la Resurrección del Señor. Escuchemos, en silencio meditativo, la Palabra de Dios. Recordemos las maravillas que Dios ha realizado para salvar a la humanidad, y cómo en el avance continuo de la Historia de la Salvación, al llegar los últimos tiempos, envió al mundo a su Hijo para que, con su muerte y resurrección, salvara a todos los hombres.

· 1ª lectura (Creación del hombre: Gen 1, 1-2: 2 ó 1, 1.26-31a)

· Canto
Oremos: Dios todopoderoso y eterno, admirable siempre en tus obras; que tus redimidos comprendan cómo la creación del mundo en el comienzo de los siglos, no fue obra de mayor grandeza que el sacrificio pascual de Cristo en la plenitud de los tiempos. Por JNS.
· 2ª lectura (Paso del mar rojo: Ex 14, 15-15, 1)

· Canto
Oremos: Oh Dios, que has iluminado los prodigios de los tiempos antiguos con la luz del N.T: el mar Rojo fue imagen de la fuente bautismal y el pueblo liberado de la esclavitud imagen de la familia cristiana; concede que todos los pueblos, elevados por su fe a la dignidad de pueblo elegido, se regeneren por la participación de tu Espíritu. Por JNS.

· 3ª lectura (El corazón nuevo y el espíritu nuevo: Ez 36, 16-28)

· Canto
Oremos: Oh Dios, luz sin ocaso, mira con bondad a tu Iglesia, sacramento de la nueva alianza, y, según tus eternos designios, lleva a término la obra de la salvación humana; que todo el mundo experimente cómo lo abatido se levanta, y lo viejo se renueva, por medio de nuestro Señor Jesucristo, de quien todo procede. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

· (se encienden las luces, se canta el Gloria y se tocan las campanas

· Oración colecta
Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección de tu Hijo, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por N. Señor Jesucristo...

· Epístola (Rom 6, 3-11)

· Canto

· Evangelio

· Homilía



III.              LITURGIA BAUTISMAL

· Monición
Ha llegado el momento de recordar y revivir nuestro bautismo. Por él fuimos hechos hijos de Dios, llamados a vivir en la santidad de Jesucristo para resucitar con El. Por el bautismo también fuimos incorporados a la Iglesia, y es en esta Iglesia, en esta comunidad, donde hoy, con más alegría que nunca, proclamamos nuestra fe.

· Invocación:

Invoquemos queridos hermanos, a Dios todopoderoso, y pidámosle que con su poder santifique esta agua, para que cuantos en ella renazcan por el bautismo sean incorporados a Cristo y contados entre los hijos de adopción.

· Letanías

Señor ten piedad,
Cristo ten piedad,
Señor ten piedad
María, madre de Jesús, mujer sencilla del pueblo (ruega por nosotros)
José, esposo de María, ejemplo de honradez total
Pedro y Pablo, mártires por el Evangelio (rogad por nosotros)
María Magdalena, que por amor cambiaste de vida
Francisco de Asís, que elegiste ser pobre
Teresa de Avila, experta en el amor a Dios
Personas anónimas que en el campo, en la fábrica, en la oficina o en los estudios, día a día, trabajan por hacer un mundo más humano
Hombres y mujeres entregados a la atención de niños, ancianos, enfermos crónicos, deficientes psíquicos y físicos, presos, afectados por el sida, alcohólicos y todo tipo de marginados por nuestra sociedad
Para que santifiques este agua con la que serán bautizados nuevos hijos tuyos (te rogamos óyenos)

· Bendición del agua    (todos de pie y con las velas encendidas )

Señor Dios nuestro, escucha las oraciones de tu pueblo que vela en esta noche santa, en que celebramos la acción maravillosa de nuestra creación y la maravilla, aún más grande, de nuestra redención; dígnate bendecir + esta agua. La creaste para hacer fecunda la tierra y para favorecer nuestros cuerpos con el frescor y la limpieza. La hiciste también instrumento de misericordia al librar a tu pueblo de la esclavitud y al apagar con ella su sed en el desierto; por los profetas la revelaste como signo de la nueva alianza que quisiste sellar con los hombres. Y, cuando Cristo descendió a ella en el Jordán, renovaste nuestra naturaleza pecadora en el baño del nuevo nacimiento. Que esta agua Señor, avive en nosotros el recuerdo de nuestro bautismo y nos haga participar en el gozo de nuestros hermanos bautizados en la Pascua. Por JNS.



· Renovación de las promesas del bautismo
Hermanos: Por el misterio pascual hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo, para que vivamos una vida nueva. Por tanto, terminado el ejercicio de la Cuaresma, renovemos las promesas del santo bautismo, con las que en otro tiempo renunciamos a Satanás y a sus obras y prometimos servir fielmente a Dios en la Santa Iglesia Católica.
¿Renunciáis a Satanás, esto es: al pecado, al error, a la violencia, al egoísmo?
¿Renunciáis a sus obras que son: la envidia y el odio; la pereza e indiferencia; la cobardía y los complejos; la tristeza y desconfianza; la injusticia y los favoritismos; el materialismo y la sensualidad, la falta de fe, de esperanza y de caridad?
¿Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser: creeros los mejores; veros superiores; estar muy seguros de vosotros mismos; creer que ya estáis convertidos del todo; quedaros en las cosas, medios, instituciones, métodos, reglamentos, y no ir a Dios?

¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna?

Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos regeneró por el agua y el Espíritu Santo y que nos concedió la remisión de los pecados, nos guarde en su gracia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna.

· Aspersión al pueblo con agua bendita (mientras se canta)

· Oración de los fieles
-Por la Iglesia, para que manifieste siempre un estilo positivo y alegre. R. a S.
-Para que los pueblos encuentren vías eficaces de diálogo, colaboración y solidaridad.
-Para que no falte la sonrisa a los niños, la ilusión a los jóvenes, el trabajo a los adultos y la atención cariñosa a los ancianos.
-Para que cuidemos las montañas y los ríos, las plantas y los animales como manifestación de la belleza de la vida.
 -Por nosotros mismos, para que en toda circunstancia, seamos promotores de la armonía y el progreso humanos.

IV. LITURGIA EUCARISTICA

· Ofertorio

Oración sobre las ofrendas: Escucha Señor, la oración de tu pueblo y acepta sus ofrendas, para que la nueva vida que nace de estos sacramentos pascuales sea, por tu gracia, prenda de vida eterna. Por JNS.

· Plegaria eucarística:

· Padre nuestro y paz

· Oración poscomunión
Derrama Señor sobre nosotros tu espíritu de caridad, para que vivamos siempre unidos en tu amor los que hemos participado en un mismo sacramento pascual. Por JNS.

· Oración despedida
Te bendecimos, Padre, porque el destino de los hombres es la Vida y a esta esperanza nos lleva la fe en Jesús Resucitado. Te damos gracias porque tu Espíritu nos da fuerza para luchar por la verdad, la justicia y el amor. Concédenos que sepamos ver tu acción en el mundo y en la historia de los hombres. Ayúdanos a descubrirte en el trabajo, en la cultura, en la ciencia, en la técnica.  Pero sobre todo, Señor, que sepamos descubrirte en los pobres y marginados, en los enfermos y ancianos. Que sepamos colaborar en todo aquello en que, tu Espíritu y los hombres, van construyendo un cielo y una tierra nuevos.

· Bendición solemne

· Despedida añadiendo aleluya, aleluya